Importancia
del manejo ético en los temas de consentimiento informado y secreto profesional
en la interacción entre el psicológico y un sistema familiar.
La
Psicología como otras profesiones enmarcadas dentro de las ciencias sociales tiene
como centro de atención al ser humano, por lo que todo su quehacer debe
sustentarse en profundos y sólidos cimientos éticos. El psicólogo es un
científico, un técnico, un profesional de la promoción del comportamiento, pero
es ante todo un hombre, una persona, que crece y se desarrolla en un país rico
en reservas humanas y en recursos naturales siendo a su vez víctima de
tensiones. Es ante todo un ser humano, genuinamente interesado en su propio
desarrollo y en el crecimiento armónico e integral del individuo y de sus
grupos.
Inicialmente
es imprescindible para todo procedimiento el informar al paciente y a la
familia los objetivos del tratamiento, el consentimiento informado, más que un
derecho y un deber, es un proceso dialógico en el cual se establece un dialogo entre
psicólogo y el paciente teniendo como objetivo la búsqueda de mecanismos y
estrategias psicológicas buscando siempre el bienestar del paciente y
garantizando que este pueda ejercer su autonomía.
Cuando
hablamos de tratar a una familia que acude a una psicoterapia de familia,
estamos aceptando un caso en el cual el problema o situación que se este presentando
se debe realizar y llevar a un cambio al cual nosotros como psicólogos debemos
incidir sobre ella para que este cambio se dé, Por ello las concepciones
sistémicas apuntan a la necesidad de realizar intervenciones que profundicen el
desequilibrio del sistema familiar, para que este por sí mismo buque un momento
de cambio y cree solo una nueva manera de que funcione.
Biro
(1979) señala que cuando el psicólogo no tolera sus afectos los maneja mediante
identificaciones proyectivas en sus pacientes, dando lugar a un manejo sádico
de la profesión, por lo que se debe preguntar qué tan satisfechos están sus
necesidades básicas, ya que en el ejercicio de su profesión corre el peligro de
usar al otro para cubrir, tapar, y negar sus carencias internas. Debe
preguntarse también con qué sentido de honestidad, conciencia y responsabilidad
maneja el poder que le da la información que posee de sus pacientes, en tanto
que es una herramienta con la que se puede destruir o construir, Buscar las
respuestas es una responsabilidad del profesional de la Psicología.
Lafarga
a su vez en (1979) señala que los psicólogos, en cualquier sociedad, por la
naturaleza misma de la profesión, son modelos de rol; son modeladores de
conductas, no tanto por lo que dicen y pretenden hacer, sino por lo que
realmente hacen y son, como hombres y como profesionales, es decir su comportamiento
ejerce una profunda influencia en todas sus actividades, que puede ser benéfica
o nociva dependiendo del grado de congruencia que exista entre los valores
explícitos en su práctica y las motivaciones que orientan a su comportamiento
como profesional y como persona. Su eficacia en el ejercicio profesional
depende tanto de la calidad científica y técnica como de la correspondencia
entre los valores y motivaciones que rigen su actividad para ejercerse como un psicólogo
ético ante su profesión.
Realizado por: Yeily Alvarez
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